
En la calle, perseguido, acorralado. He encontrado el arma homicida dentro de mi habitación. No tengo una respuesta a esa sensación de remordimiento. Siento su sombra, su olor muy cerca. Pero cuando me doy vuelta, el extraño desaparece, se esfuma como un fantasma.
Soy el culpable?
Soy verdaderamente el responsable de nuestra derrota?
Te abro el alma y me desmayo, me desvanezco como aquellos copos de nieve en la calzada, pisoteados por el público, sucios y desangelados.
No quiero despertar!
No!
Déja que mis cadenas resuenen en el pasillo eterno, arrastrando los recuerdos, dejando atrás todo ese valor que una vez he demostrado frente a mis sueños.
No!!!
Gritaré....hasta desaparecer....
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