DESIERTO



Un sueño. Una noche calurosa y un peregrino en medio de las dunas. Solitario, pecador, con un largo camino por delante hacia el perdón. La sed invade su cuerpo, necesita el néctar de la vida para alimentar su esperanza.

La oscuridad invade los paisajes de cuentos encantados, de sombras imaginarias que danzan a su alrededor.

El sueño de llegar a la meta, al límite de los mundos sin que el reloj de arena llegue al final de la cuenta atrás... Ansiedad, abismos y mendigos.

Un desierto interior, una intensa pesadilla en el silencio de un trueno...



1 comentarios:

Faty dijo...

Me ha gustado especialmente esto último que has escrito, en ciertas ocasiones creo que me he podido llegar a sentir asi