SALA EL SOL- MADRID

Por fin, después de tantos acontecimientos vividos, llegábamos a la mítica sala El Sol, en el mismísimo centro de Madrid.

Me trasladé desde León, en donde me encontraba de gira con Skizoo y llegué a la ciudad por la tarde. La prueba de sonido era a las 20 horas, entonces aproveché para pasear por Madrid, sabiendo la responsabilidad que teníamos en nuestras manos. La compañía nos había trasladado el deseo de que Moebio fuera el grupo elegido para abrir la velada de CENSURADOS. Victor, su cantante, nos dijo que su canción favorita era Hotel Madrid, quedamos en que su voz, aportaría energía a la canción y compartiríamos escenario en un futuro, para cantarla juntos.

En el subsuelo de la sala, en medio de las escaleras a los camerinos, crecía la ansiedad. David se cambiaba de ropa, con elegancia, con estilo, con gusto. JAQ movía sus muñecas y Karmona elegía la mejor camiseta negra entre la variedad que había elegido para la ocación. Miles de nombres de bandas estaban escritos en las paredes color huevo de los subsuelos. Una nevera repleta de cerveza helada, el catering adecuado y algunas botellas de alcohol. Un incienso de rosas salvajes en el aire y el maquillaje en el espejo.
Mis ojos atentos a todo, despierto, sensible y realmente ansioso.
La intro en el aire, todo estaba listo para la tormenta.
Desde que subí al escenario no paré de observar los ojos de todos los presentes, intentado conectar con sus sentidos, tomarlos por sorpresa…
Un concierto que se nos hizo pequeño. Una velada corta. Seis canciones que se pasaron como un relámpago en el cielo plomizo de Madrid, donde la humedad que reinaba en la noche primaveral tropezaba con el calor de un escenario legendario.
ABISMO, ESPERAME, HASTA EL FIN, ESPIRAL, METAFORA y HOTEL MADRID. Seis bombas de relojería, finas piezas que salieron de nuestras entrañas, seis banderas de los sentimientos compartidos en la magia de una noche eterna.

Foto: Josh Hamilbert

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