Creando, intentando llegar más lejos. Domingo de verano, Madrid es un hormiguero. Gente en busca de nadie. Nadie encuentra a nadie. Desde aqui, el corazón late cada vez con más fuerza. La música nos guia como una luz en la tormenta, como ese faro de los pescadores, la última oportunidad de seguir vivos. Otro domingo, y mañana otro día. Podría encontrar la solución y disparar, romper la esfera llena de sueños y observar como cada uno de ellos se estrella contra el suelo. Sin huellas, sin testigos, sin lamentos. Seguimos el camino hacia quién sabe donde, pero seguimos, mojados de incertidumbre y con la mirada baja, sin respuestas. Solo palabras en el aire. Dispara, no vuelvas a tener miedo al dolor...
Foto: Quique Torralba
1 comentarios:
tu voz de ternura,que sueña y acaricia..de corazon de fuego y alma de sueño..sintiendo la caricia q regala tu voz,esa que transporta a la belleza del sentimiento.
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