TOUR DEL ALMA : BILBAO

Quedamos en la recepción del Hotel Regidor a media mañana con todo el grupo. La noche había sido larga, sino, habría que preguntarle a Txema, mi compañero de habitación (un santo).
La mañana de Segovia nos recibía con un cielo extremadamente gris. El humor de la tropa era bueno y decidimos desayunar de camino con varias viandas que habíamos preparado.
Como en todo el tour, Carlitos se hizo con los mandos de la enorme furgoneta que nos alquilaron esta vez. Un furgón blanco de buenas dimensiones que sólo unos pocos elegidos podrían maniobrar. Nuestra road manager Vero Lanillos con sus apuntes en mano, se dedicaba a repasar para sus exámenes universitarios. Txema G, a mi lado, escuchaba música (o lo que el mismo cataloga como música) concentrado en los paisajes.
Un zumo de naranja refrescante y a disfrutar del viaje, un viaje que nos llevaría al norte por tercera vez en nuestra corta carrera. Hemos visitado Bilbao en una noche increíble de la mano de SKIZOO y una sala a rebosar de gente, otra vez hemos estado en una hermosa sala de San Sebastian, pero esta vez la responsabilidad de ser protagonistas nos encantaba.
Karmona, el gran copiloto de la gira, pinchaba buena música y mantenía entretenido al conductor con una charla amena y divertida. Papa Roach, Marroon 5 y otros grandes grupos sonaban en la furgoneta, con un volumen medio, que invitaba a disfrutar del buen clima y de buena compañía.
Hay un detalle que debo contar para que quede escrito y no se pierda ningún detalle de este viaje...
Los miembros de MOEBIO dicen que soy un dormilón y que me quedo rendido en cualquier vehículo en movimiento. Debo decir que tienen razón. Tengo facilidad para buscar a Morfeo en los lugares más incómodos, los lugares mas ruidosos, pero no es mi culpa, sucede, tan simple como eso.
Sin embargo ellos lo utilizan en mi contra para despachar bromas, a veces pesadas y graciosas, pero sin mala intención.

HG en el balcon del Hotel Bilbao

PETER FI & Vero Lanillos / Tour del Alma

Yo creo que lo hacen porque ellos no tienen esa facilidad. Se que puedo quedarme dormido en cualquier lugar en el que pueda sentarme y por supuesto que este en movimiento: trenes, coches, aviones, autobuses, metros...todo vehículo.

Sabíamos que sería un viaje largo y que teníamos que buscar la forma de no aburrirnos. Me rendí entonces al descanso en movimiento y soñé con edificios y montañas llenas de nieve y guitarras, ángeles, nativos que grababan en un estudio y con un productor manco que me contrataba para hacer coro en un grupo de chicas japonesas de versiones de Tom Petty. Muchos sueños, quizá un poco raros, pero que me ayudaron a levantarme de buen humor para poder comer mi almuerzo en una gasolinera perdida de una carretera bastante extraña.

Ya se divisaba el verde y se respiraba otro aire. Quizá hasta el cielo tenía diferentes gamas de azules. MOEBIO se estaba acercando al norte...buena señal. Viento, caminos hermosos y unos colores otoñales increíbles.
Recuerdo la frase de Carlos señalando el paisaje y asegurando que sus colores preferidos eran los rojos y ocres otoñales. Norte hermoso, norte misterioso. Un camión camuflado delante nuestro y miles de curvas pronunciadas por puertos que nunca pensamos visitar...verdaderamente atractivo a mis ojos, a mi gusto. Me veía como un niño disfrutando de aquellos parajes de ensueño. Gracias a la música podemos aprovechar nuestros sentidos para viajar y retratar en nuestras retinas esos inolvidables momentos. La música en movimiento. Nuestro arte y la oportunidad del viaje y del conocimiento.

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VIVA LA LIBERTAD!
MOEBIO 2012