MANHATTAN

No sé si pude despertar. Quizá sólo intentaba mirar las estrellas. Estaba muerto? No lo sé. Sólo estaba seguro de que estaba en Manhattan. Sólo sabía que mi vida era insignificante, que los colores habían desaparecido y que la esperanza se escapaba. La consecuencias de ser un soñador son realmente dolorosas. No siempre los sueños se cumplen, a veces se convierten en una interminable pesadilla.
Miles de ventanas sin luz, miles de almas sin alas.
Un atardecer que marcará mi destino. La nieve, el frío, el dolor y la soledad de ser uno más de los tantos que están dentro de la colmena. Sobrevuelo Central Park con mis pensamientos, mis delirios. Como un ave en busca de su presa. Y como siempre, no encuentro nada. Solo mi propia imagen en el espejo de un hotel de Chelsea, lleno de hojas en blanco, lleno de nada.

Hector Geronimo
www.moebiohector.blogspot.com

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