


El espacio que puede llegar a dejar una persona cuando abandona un lugar en tu vida es enorme. Un vacío amargo que no tiene medida. Nunca sabes cuanto puedes querer, admirar, apreciar, extrañar a alguien hasta que ese ser se va, encontrando otro sitio donde seguir con su destino, con su camino. Sin piedad, la vida nos entrega estas enseñanzas, estas sensaciones, dejando de lado ese amor, ese cariño y marcando con fuego, nos tatúa por siempre la magia de esos momentos que ya nunca volverán, pero que viven muy dentro nuestro, como una hoguera de energía eterna a donde volvemos solitarios en esas noches sin estrellas a calentarnos, a revivir risas, a acariciar y disfrutar de ese eterno calor.
Los caminos de la vida nos llevan por diferentes parajes, diferentes paisajes, pero gracias a la fe y a la magia del arte, muchas veces los sueños se cumplen y se produce el milagro. El trabajo, el sacrificio, la fe ciega en lo que haces y deseas actúa como turbina para que el cielo esté más cerca y disfrutar de una hermosa realidad sea lo común del día a día...
ADIÓS AMIGO. HASTA PRONTO.
HOLA FUTURO...
NUEVA ERA.
Hector Geronimo
Foto: G3
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